viernes, 9 de diciembre de 2011

BALANCE DE FIN DE AÑO

Siento que cambié. En estos últimos años, (¡y ya era hora!) empecé a salir de la caja en que vivía y a ver que había muchos mundos en uno fuera de ella. Empecé a leer de otra manera, otros textos (no sólo los escritos en el lenguaje de las palabras, sino en el de las otras artes, las fiestas, las manifestaciones de todo tipo, las charlas informales, las formas de familia, etc.), a interesarme por otras formas de ver la vida, por quiénes son las personas que ven el mundo de distintas formas y lo expresan, a tratar de entender de qué va la cosa. Y entonces comencé a tomar algunas posiciones, como los chicos, primero a todo o nada, al blanco o negro; más adelante fui modelando estas posturas, pero ello no significó renuncia ni camuflaje, sino aprendizaje. En estas instancias emití opiniones, algunas de las cuales modifiqué después. Y entonces, con algunas seguridades y muchas dudas (que me generan preguntas, necesidad de saber más, de involucrarme definitivamente en cosas positivas) fui siendo otra, o tal vez yo misma. Y gané acercamientos y algunos distanciamientos con familiares y amigos, que es lo que me duele, porque los quise. Sin embargo y a pesar de todo, no renuncio a este cambio.

Alguien muy cercano pasó por esta misma etapa hace algunos años, y la persona que salió a la luz no me gustó, yo también me alejé de ella. Pero, el aprendizaje de este tiempo me hizo ver que era más valioso para ambas dar a conocer lo verdadero aún a riesgo de no ser bien visto, que continuar con una máscara, involuntaria a todas luces, para ser aceptado. No estoy del todo de acuerdo en que mejor sólo que mal acompañado, mi propuesta es: ni sólo, ni mal acompañado. Después de todo, ¿en qué me basaría para decir que una compañía es mala? ¿Sólo en el desacuerdo? También esto es discutible.

Comparto la agradable sensación de otras personas en cuanto a que todo lo que me genera dudas y preguntas es la base de nuevos descubrimientos, y esto me anima y me da energía para seguir adelante, hasta que la muerte, parte de la vida, diga que mi tiempo acá se terminó.

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